Desde nuestra Institución organizamos talleres sobre Menopausia y Climaterio. Grupos de Reflexión en los que se puede hablar de los que nos pasa. De lo que nos pasa en serio. No de lo que queda bien.
Tratamos de abandonar los paradigmas de la Menopausia y analizar críticamente la realidad desde los siguientes ejes:
1. Síndrome del Nido Demasiado Lleno: los hijos no se van , no nos dejan tranquilas
2. La reivindicación de los abanicos: el derecho a tener síntomas
3. La Menopausia es cosa de histéricas: tiene mala prensa y es vergonzante.
4. La mujer maravilla no tiene menopausia.
Vaya la siguiente nota como Invitación
Amigas, con referencia a las terapias de reemplazo hormonal , creo que es muy complicado. Soja si soja no. Parches si parches no. Calcio. Viramina D para fijarlo. Gimnasia, yoga. Si tenes antecedentes de cáncer de mama todo cambia . Si no los tenés quien sabe. Si sos hipertensa. Si hay antecedentes de trombosis. Si fumás. Verdades y mitos de la soja. Los transgénicos. Verdades y mitos de las hormonas de reemplazo.
Cada una de nosotras tiene una experiencia personal. Ayuda mucho compartirla y también complica a quien debe tomar una decisión.
En esta decisión hay muchas implicancias. Ideología sobre la salud en general y la medicina en particular. Actitud ante los diferentes tipos de medicina. Creencias y certezas. Decisiones de vida. Una mirada al pasado. Otra al futuro. Una mirada a la propia madre menopáusica real o fantaseada. El significado de la menopausia para la cultura patriarcal. Ocultamientos y vergüenzas. Si encima tenés síntomas orgánicos o psicológicos ni te cuento.
Durante mucho tiempo, la “teoría de la igualdad” negó los síntomas. Las mujeres andaban por la vida disimulándolos. Asegurando que ni se enteraron. O dándoles significados diferentes. Se instaló en el imaginario que los síntomas son un invento de las que no se la bancan. Como siempre, el patriarcado se apoderó de esta debilidad nuestra. Aceptar ser “iguales” nos volvió a jugar una mala pasada. Nos negó el derecho al sofoco. Sudar y ponernos coloradas era vergonzante. Por algo se los llamaba, en buen castellano, “los bochornos”.
Hace 10 años que coordino grupos de mujeres climatéricas y menopáusicas. Hace 10 años que estoy peleando por la “reivindicación de los abanicos”.
Por recuperar nuestro derecho a tener síntomas. Recuperar es el término correcto , porque nuestras abuelas podían. Se abría la ventana porque “está con los calores“. Se aguantaba su mal humor porque “está en la edad crítica”. El patriarcado nos consideraba débiles y era comprensivo con el tránsito por la menopausia. Pero en las últimas décadas dejó de darnos permiso.
Dentro del feminismo de la diferencia se incluye esto. Así lo entiendo yo. La menopausia y todas las “cosas de mujeres” que tanta veces silenciamos Porque el patriarcado nos da dos opciones: ser antiguas y débiles o modernas e igualitas a la mujer maravilla. Fortalecido por legiones de mujeres funcionales al patriarcado. A las que la menopausia ni mu porque es cosa de histéricas.